La más antigua referencia histórica de grupos aborígenes en la zona que hoy ocupa la provincia de Las Tunas se remonta a la llegada del conquistador Alonso de Ojeda al poblado indígena de Cueybá en 1510. Al fundarse la villa de Bayamo en 1513 todo el territorio de Las Tunas quedó comprendido dentro de la demarcación señalada al Cabildo de Bayamo. En el siglo XVI comenzó la mercedación de las tierras tuneras, a principios del XVII ya existía el Hato de Las Tunas, el crecimiento poblacional durante estos siglos y el XVIII fue lento debido a que los dueños de las haciendas y hatos residían generalmente en Bayamo.
En el año 1752 el Obispo Agustín Morell de Santa Cruz concede al Curato de Yaguanabo (en la zona de Cauto el Paso) su traslado para el llano de Las Tunas, levantándose una ermita en la misma área que hoy ocupa la Iglesia de San Gerónimo, en 1849 se le otorga el título de villa a la ciudad, realizándose el trazado y nominación de las calles siguiendo el modelo español en " tablero de damas".
En la misma etapa en que se construye el templo sólido de cantería y ladrillos (1820), se edifica en la villa la primera casa vivienda, propiedad de Diego Clemente Rivero con similares características, la cual permanece como tal hasta el siglo XIX en que pasa a funcionar como casa de Gobierno y posteriormente a "Cuartel de Telégrafo", este sitio es escogido para levantar en 1921 la sede del Ayuntamiento Municipal, edificio en el que hoy se encuentra el Museo Provincial.
En el siglo XIX se mantienen en el centro histórico las viviendas de sus pobladores, un gran número de instalaciones comerciales, fondas, almacenes, tabaquerías, tiendas, cafés, hosterías.
Caracterizó fuertemente la ciudad de Tunas Colonial, la ubicación en su trama de numerosos fuertes y cuarteles, amplios y sólidos, lo que nos indica la importancia que le concedían a la misma las autoridades españolas, por su ubicación estratégica, como punto clave para lograr la comunicación con el extremo más oriental de Cuba, de ahí el acelerado proceso de fortificación de la ciudad. El más representativo de los cuarteles era de Infantería o de las 28 columnas que ocupaba toda una manzana.
También se construyeron viviendas amplias y hermosas caracterizadas por los corredores continuos enmarcados por columnas y cuyos patios eran aprovechados por las familias para desarrollar las veladas en las calurosas noches de verano. Las principales calles estaban pavimentadas con piedras y adoquines. Las casas de madera y guano de los pobres se ubicaban en la periferia aunque mantenían el trazado de las calles. En el sitio histórico del municipio se conservan escasas edificaciones de esta etapa debido a las sucesivas tomas y quemas de que fue objeto la ciudad por las tropas mambisas.
En el CHU de Las Tunas, predomina el eclecticismo, aunque existen otros estilos como el art-decó, protorracionalista, racionalismo, neocolonial, algunos vestigios de la colonia y manifestaciones de arquitectura vernácula, construcciones de gran valor patrimonial que es necesario cuidar y conservar.
Los principales espacios urbanos del Centro Histórico de Las Tunas en el siglo XIX eran la Plaza de Armas del Gobierno Español, con la Iglesia San Gerónimo, hoy Parque Vicente García y La Plaza Cristina, hoy Parque Maceo.
En las primeras décadas del siglo XX se reedifica la ciudad Victoria de Las Tunas y con esto su Centro Histórico, respetando la trama antigua y trazados de las calles. Al edificar las viviendas la clase pudiente ocupa nuevamente las principales calles y se construye fundamentalmente en un estilo ecléctico con rasgos del neoclásico que trata de evacuar la fisonomía de la ciudad colonial, los códigos de esta última se retoman y se mantienen sus espacios (corredores, colgadizos, distribución espacial, etc).
Se restablecen los portales corridos en la calle central y alrededor del actual Parque Maceo (Antigua Plaza Cristina). En el lugar que estuvo la Casa de Gobierno se levanta el Ayuntamiento. Además, se reconstruye la Iglesia.
En la década de 1920 se construye la Carretera Central y el Centro se afecta en el lugar que ocupaba: La Plaza de Armas. La ciudad ve reforzada su vocación como centro de paso que motivó el incremento de las funciones terciarias.
Las calles abarcadas por la Carretera Central y las inmediatas aumentan su valor locacional, por lo que el CHU se prolonga hacia el oeste, sur y norte.
Antigua Carretera Central
A partir de que la burguesía residente en el Centro Histórico va ocupando nuevas áreas para sus residencias se produce un crecimiento cuantitativo de instalaciones de servicio, el cambio de uso del sector residencial para funciones comerciales, gastronómicas o de otro tipo.
Esto es posible porque las clases pudientes se construyeron nuevas viviendas y utilizan o alquilan la vieja residencia del centro.
Actualmente el CHU se compone de 46 manzanas y está subdividido en cuatro zonas:
Zona I: Es la de mayor valor histórico, arquitectónico y ambiental, con un carácter recreativo y conmemorativo. Como principales exponentes destacan el Museo “Mayor Vicente García”, la Plaza Cultural, la Iglesia “San Gerónimo”, Parque Central “Vicente García”, (anteriormente Plaza de Armas), el Parque Maceo (antigua Plaza cristina), otras edificaciones de gran valor y la Plaza Martina.
Museo Provincial “Mayor General Vicente García”
Hasta la primera mitad del siglo XX en este edificio estuvieron las oficinas de la administración municipal (Ayuntamiento), y a partir de 1951 la primera biblioteca pública municipal. A principios de la Revolución acogió al Comisionado Municipal y a la JUCEI, luego funcionó la filiar universitaria hasta que en 1971 se convirtió en el primer preuniversitario del territorio. Desde 1984 funciona como museo provincial.
Plaza Cultural
Proyecto de la arquitecta Ada Ramírez Ramos y el ingeniero civil Ricardo Rodríguez Escobar inaugurado en 1990. Hoy es lugar significativo de promoción cultural, recreativa y político-social.
Parroquia de San Gerónimo
La fundación de la parroquia de San Gerónimo está unida al origen y desarrollo del poblado. Según referencias históricas la primera ermita fue construida de guano y yagua por los aborígenes para venerar la Virgen María (1510). En 1820 fue edificada de mampostería y tejas con tres naves. En 1863 (según Pezuela) contaba con tres naves, con capacidad para unas 300 personas, sin embargo en 1866 no estaba el templo completamente construido pues carecía de torre.
Parque Central “Vicente García”
El actual parque central Vicente García de la ciudad era la plaza de armas en la época de la colonia que fue destruida en 1897. En 1914 el Ayuntamiento determinó la construcción de un parque para el 3 de agosto de ese año para el que dio un crédito de $ 10 000.00, pero se inaugura conjuntamente con el monumento al Mayor General Vicente García González el 10 de octubre de 1915 con un discurso del Sr. Alfredo Zayas Alfonso. El parque fue obra del constructor Luis Buenaventura Ruiz, quien encargó a una compañía italiana la obra monumentaria.
Parque Maceo
La Plaza de Cristina, hoy Parque Maceo, de 1918. Proyecto de Vicente Navarro Betancourt Desde tiempos coloniales, los habitantes de la ciudad, fundamentalmente los españoles, llamaban este lugar por: Plaza de Cristina, en homenaje a la reina española Cristina. Por fotografías de la época se conoce que era una explanada sin asfaltar, lugar de juego de los chiquillos del barrio.
Vivienda ecléctica
La vivienda de Don Claudio Aguilar de estilo ecléctico, data de la primera mitad del siglo XX, actual Casa de la Cultura Tomasa Varona.
Plaza Martiana
La Plaza Martiana está ubicada en el espacio que ocupó la casa donde nació Juan Cristóbal Nápoles Fajardo en el siglo XIX. Durante la etapa republicana en el espacio se levantó un grupo de donde resaltaban el cine Martí y el emblemático Hotel Plaza, demolidos al principio de la Revolución. Luego en esta área se ubicaba un centro recreativo conocido popularmente como el Fantoma.
El proyecto es del arquitecto Domingo Alás Rosell, el monumento fue inaugurado el 25 de marzo de 1995 para conmemorar el centenario de la caída en combate de José Martí y el inicio de la Guerra Necesaria.
Zona II: De gran valor arquitectónico, histórico y ambiental y con carácter comercial. En ella se encuentra el Memorial Vicente García y destaca por la presencia de grandes corredores y edificaciones de arquitectura ecléctica popular.
Memorial Vicente García
La vivienda del Mayor General Vicente García González, erigida en 1800, hoy Casa Memorial, era de ladrillos y tejas y en ella reside con su familia el Mayor General Vicente García González hasta el inicio de la Guerra de los 10 Años. Precisamente en 1876, el propio jefe mambí comienza ejemplarmente la quema de la ciudad por esta casa. Terminada la guerra es restaurada, pero vuelve a ser quemada en 1897 por las tropas del Mayor General Calixto García Iñiguez.
Se mantiene en ruinas hasta 1919, fecha en que se reedifica conservando algunos de sus elementos interiores y fachada principal con códigos del estilo ecléctico. En 1985 es entregada a Patrimonio Cultural para su restauración, proyecto que asume el CNCRM. Por su relevancia histórica en 1996 es declarado Monumento Nacional.
Zona III: De valor histórico y arquitectónico, carácter arqueológico por la presencia de la mayoría de los inmuebles coloniales.
Zona IV: Posee valor histórico y ambiental. Su mayor representatividad está dada por la presencia de amplios corredores con influencia ecléctica que continúan hasta el centro de la ciudad.
Área donde estuvo ubicado el Cuartel de las Veintiocho Columnas
Huellas de la cimentación del Cuartel Infantería o de las Veintiocho Columnas frente a la Escuela José de la Luz y Caballero.
El Cuartel de Infantería, o de las Veintiocho Columnas, considerado como la construcción militar más importante en esta ciudad, ocupaba una manzana en la que hoy se ubican la escuela José de la Luz y Caballero y la CTC Provincial. Este Cuartel fue quemado y destruido en el asalto a la ciudad por las tropas de Calixto García en 1897, quedando en el lugar huellas de sus cimientos y un pequeño tramo de una de las columnas, identificado con una tarja. Declarado Zona de Protección.
Cuidar, conservar y restaurar estos bienes patrimoniales, garantiza que ese legado llegue a las futuras generaciones con el sello creador de los actuales proyectistas, profesionales y población en general enfrascados en mantener sus tradiciones y costumbres en el empeño de salvaguardar la identidad cultural de su pueblo.
1- Que no debe utilizar un lenguaje ofensivo.
2- Que debe ajustarse al tema del artículo.